Campos de la Geografía Social

Campos de la geografía social

Campo 1
La definición ofrecida de la geografía social y de su objeto, el espacio social, delimita unos dominios de investigación de naturaleza y de contornos diferentes según los criterios retenidos. La geografía social podría, por ejemplo, ordenarse en función de los principales factores que determinan, según unas relaciones variables en el tiempo y en el espacio, las interrelaciones de sociedades y espacios: las estructuras sociales, los factores culturales, las movilidades sociales y espaciales, los lugares (de trabajo, de intercambio, de ocio, de conflictos, etc.). Se podría, también, construir una geografía social analizando los espacios sociales según el nivel de desarrollo de las sociedades: de las sociedades arcaicas a las sociedades post-industriales.
En las definiciones que los sociólogos, los etnólogos y los geógrafos proponen del espacio social aparece frecuentemente la idea de niveles de complejidad creciente en las relaciones sociedades-espacios: del espacio-soporte al espacio de lo simbólico y de lo imaginario, pasando por el espacio producto o factor social. Partiendo de ahí, el campo de la geografía social se puede subdividir en cuatro dominios principales: una geografía de los indicadores sociales, de las cuestiones sociales, de los grupos sociales y de las combinaciones socio-espaciales. Analizaremos sucesivamente cada uno de ellos.
Una geografía de los indicadores sociales. Se entiende aquí por indicador talo cual dato que se relaciona con la realidad social, que es cuantificable y cuya distribución espacial es susceptible de ser cartografiada.
En los países con un arsenal estadístico desarrollado, los indicadores sociales son múltiples, pero de interés desigual para la geografía social. Los datos demográficos, tales como las estructuras por edades (la tercera edad, los jóvenes, etc.) y por sexos (sobre la feminidad, sobre la masculinidad), la fecundidad, la mortalidad infantil, la movilidad migratoria, etc. proporcionan indicaciones y elementos de explicación acerca de las estructuras sociales y los comportamientos.
Bastantes indicadores se relacionan con las estructuras sociales: categorías socio-profesionales, proporciones de activos, etc. Las categorías socio-profesionales pueden ser particularmente significativas de talo cual estructura; así la proporción de obreros agrícolas, la de los obreros industriales o la de los jubilados de la agricultura. Otros indicadores miden las desigualdades sociales: los niveles de renta, de confort de la vivienda o aun, de una cierta forma, la escolarización y los niveles de los títulos.
Los indicadores tienen un valor de reveladores de los comportamientos de los grupos sociales y de las actitudes fundamentales en relación a la sociedad o en relación con la vida y la muerte; así las actitudes políticas manifestadas en las democracias liberales por los resultados electorales o la práctica religiosa, el índice de matrimonios, la fecundidad e incluso las estructuras familiares. Las patologías sociales como la delincuencia, el suicidio, la droga, el alcoholismo, la desnutrición, las enfermedades sociales (como el cáncer, las diversas formas de la tuberculosis, las enfermedades infantiles, etc.); el fracaso escolar, el paro forzoso y el subempleo, revelan unos desequilibrios, inadaptaciones, situaciones de marginalidad y de segregación que afectan a uno u otro grupo social.
Se trata, en un primer tiempo, de cartografiar la distribución de estos hechos sociales cuyo soporte es el espacio y de hacer aparecer así unas áreas de homogeneidad, unas fronteras de diferenciación y unas zonas de transición. Este es un trabajo familiar a los geógrafos. Las geografías religiosa, electoral, médica, escolar y lingüística lo atestiguan. Pero desde una óptica de geografía social importa ir más allá de la distribución en dos direcciones complementarias. ¿Qué coincidencias (por la superposición cartográfica), qué correlaciones (por el análisis estadístico), qué relación (por las encuestas) se puede establecer entre tales y cuales indicadores sociales, entre la práctica religiosa, la fecundidad, la proporción de agricultores-explotadores y el voto conservador, por ejemplo? Y por otra parte, ¿qué significan sus desiguales distribuciones espaciales? ¿qué indicación nos dan los indicadores sobre las estructuras sociales,. su dinámica y su distribución geográfica; esto último puede conducir a la conclusión de que tal o cual indicador no tienen ningún valor como indicador social.

Bibliografía utilizada:

Herin Robert, HERENCIAS Y PERSPECTIVAS EN LA GEOGRAFIA SOCIAL FRANCESA, UNIVERSIDAD DE BARCELONA, ISSN: 0210-0754, Depósito Legal B. 9.348-1976 Año VI. Número: 41 Septiembre de 1982.


Campo 2

Un ordenamiento según una escala de valores de las funciones existenciales básicas, por ejemplo, en el campo de nuestra sociedad industrial, se presenta como poco fructífero, pues, ninguna de las funciones mencionadas puede dejarse de lado, sin que sufra por ello la articulación de la existencia humana o la de la "sociedad espacial". Dado que las funciones básicas tienen como consecuencia exigencias específicas de espacio, esto es, demandas específicas de superficie y de estructuras espaciales, a cada campo funcional puede articulársele la rama correspondiente de la geografía social o las ciencias afines complementarias.
1. Las funciones "reproducirse y vivir en comunidad", conducen directamente a la geografía de la población, a la geografía política y a la geografía de la religión. Las ciencias afines más importantes son aquí: la demografía, la etnología, la sociología y la historia, la ciencia de las religiones y las ciencias políticas.
2. A la función "habitar", le corresponde en primera línea la geografía del poblamiento, naturalmente, con las ciencias afines que se utilizan habitualmente.
3. La geografía económica, la del comercio y la de los mercados, se ocupan de las funciones "trabajar" y "aprovisionarse y consumir". La economía política y la economía empresarial son, en este caso, los colaboradores más importantes.
4. La función básica "educarse" es tratada, por la geografía social de la educación.
5. El campo vital "descansar" cae dentro de una geografía del ocio
6. Finalmente, una geografía de las comunicaciones, se ocuparía de los aspectos espaciales de la función desplazarse.

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Bibliografía utilizada:
Karl Ruppert y Franz Schaffer, LA POLÉMICA DE LA GEOGRAFÍA SOCIAL EN ALEMANIA ( I ): SOBRE LA CONCEPCIÓN DE LA GEOGRAFÍA SOCIAL
UNIVERSIDAD DE BARCELONA, ISSN: 0210-0754, Depósito Legal: B. 9.348-1976 Año IV. Número: 21 Mayo de 1979


Campo 3

Las principales tareas de una geografía social entendida como nueva subdisciplina de la geografía cultural, las siguientes:
1. Un enfoque espacial de los "grupos de modos de vida" como grupos de interacción propiamente sociológicos aparece, tanto ayer como hoy, de gran utilidad para el geógrafo. La pertenencia a uno de tales grupos, comporta una comunidad de vida socio-cultural articulada unitariamente, la cual, conforma de la misma manera el espacio vital que le corresponde. "Grupos de modos de vida" encontramos, sobre todo, en sociedades más bien tradicionales que son poco complicadas: nómadas, campesinos y habitantes urbanos en el Oriente Investigaciones geográfico-sociales con una mayor orientación histórica se ocupan también, en el área de Europa, de tales "modos de vida" acuñados de una manera tradicional. A ellos pertenecen, por ejemplo, los vasallos en la primera nobleza real ,los jornaleros diarios o los braceros
En el marco de nuestra sociedad industrial occidental moderna, las investigaciones geográfico-sociales con la problemática precedente se dirigirán, preferentemente, hacia los grupos de interacción sociológicos que aún aparecen diferenciados de manera similar a los modos de vida con una cierta exactitud: niños huérfanos , vendedores ambulantes, vagabundos, pastores, campesinos de azada y agricultores, muleros, mineros, gitanos, trabajadores emigrantes, trabajadores extranjeros, exiliados, habitantes en suburbios norteamericanos, migrantes externos o internos, grupos étnicos cerrados que residen en ciudades norteamericanas (chinos, italianos, puertorriqueños, pero también negros).
2. En nuestra sociedad industrial moderna, la agrupación dominante de la población es la que se realiza en base a las "capas sociales", bajo la cual, los sociólogos entienden una mezcla no claramente unívoca de profesión, posición en la profesión, formación escolar, ingresos, procedencia familiar, consumo e influencia en lo que respecta a la formación de opinión .Con buenas razones, las investigaciones de la escuela de Munich operan también ampliamente con las características que se refieren a la pertenencia a capas sociales, sólo que la etiqueta de "grupo social" es, por lo menos confusa cuando no inadecuada, pues la estratificación social es un fenómeno social total que abarca a todos los grupos.
Los aspectos espaciales de la estratificación social han sido investigados detalladamente hasta el momento, aunque, preferentemente, en el área de nuestras sociedades. En estas investigaciones y, siempre que fuese posible, el estrato social no tendría que ser el centro de la investigación, sino que debería servir exclusivamente como punto de referencia para fenómenos espaciales. No debería preguntarse tan frecuentemente, por ejemplo, cómo se "localizan" el estrato social básico o el estrato medio superior, o cómo se dejan "proyectar en la placa registradora del paisaje", sino que debería partirse de las unidades espaciales dadas (de las localizaciones de vivienda, lugares de trabajo, centros de compra, metas cercanas de esparcimiento) y preguntarse si, en lo que respecta a su utilización o a su combinación espacio-acción, resultan diferencias específicas de estratificación.
3. La geografía social muniquesa, se ha especializado en sus investigaciones de una manera casi exclusiva, en el enfoque espacial relativamente pequeño del micro-campo, ocupándose para su comprensión de las familias aisladas, de los hogares y de las empresas. Pese a que en las definiciones relacionadas con este objeto se habla mayoritariamente no sólo de "grupos", sino también, de "grupos y sociedades", en los trabajos empíricos se trabaja casi exclusivamente con "grupos", apareciendo las "sociedades" que formaban parte de la definición casi como una mera declaración verbal.
Frente a esto, hay que acentuar expresamente el que dentro de la geografía social al macro-campo habría que concederle, por lo menos, el mismo peso. Hans BOBEK, es el único geógrafo social "clásico", que ha tenido siempre en cuenta esta clase de conexiones entre grandes espacios al escribir que: "los grupos viven raramente aislados, propiamente nunca y, en todo caso, no en las sociedades modernas ... Con ello, se abre un panorama para el estudio geográfico-social de estas sociedades en las que vivimos y en donde los problemas nos son urgentes". Finalmente, Bobek reclama "un nivel de grandes espacios en la geografía social, junto con la valiosa e indispensable investigación geográfico-socíal profunda ... Por decirlo de alguna manera, tenemos que practicar también, como segundo extremo de la investigación geográfico-social, una investigación geográfico-social de los grandes espacios"
4. En conexión con la investigación geográfico-social de los grupos de interacción sociológicos, y en conexión con la fuerza conformadora social total relevante especialmente, debería partirse en la geografía social, aún con más intensidad que hasta ahora, del comportamiento y de la acción humana en el espacio. J. MAIER, en su interesante análisis del comportamiento espacial relacionado con los desplazamientos, se ha liberado ya de una manera extraordinariamente amplia del concepto de grupo geográfico-social. Este autor trabaja con "muestras de comportamiento similar", con "espacios de actividad funcional", con "espacios de comportamiento similar" y con "tipos específicos de comportamiento según hogares o familias", por lo que puede determinar comportamientos espaciales similares en lo que respecta a los desplazamientos, en "grupos geográfico-sociales" totalmente diferentes. Aún más fructífero podría ser el enfoque de HORTON-REYNOLDS en lo que respecta a la comprensión del " espacio de acción " y de la “Actividad espacial”.
Una geografía social que parta del comportamiento y de la acción humana en el espacio, no necesita por ello convertirse automáticamente en un "comportamiento geográfico"; incluso hay que advertir con insistencia ante una adopción acrítica de las problemáticas y de los métodos que están relacionados con ella. La geografía social habrá de ocuparse más prioritariamente de la "comportamiento espacial humano" en el sentido de J. A. JAEKLE. En cualquier caso, el grupo de interacción sociológico podría no estar situado totalmente en el centro de las investigaciones, pues en lo fundamental, es más un enfoque sociológico que geográfico si comenzando en el grupo de interacción, yo me pregunto a continuación cómo se manifestaba este grupo en el espacio (área de expansión, "localización", "proyección espacial", conformación del paisaje, etc.). El mismo tipo de problemáticas y de investigaciones, son caracterizadas por D. BARTELS con razón como "geografía social, considerando a ésta como a una de las disciplinas aplicadas complementarias que utilizan teoría sociológica antes de trabajar su campo especifico". Esta disciplina tiene que "comprobar las problemáticas de la sociología en lo que se refiere a su localización sobre la superficie terrestre y ha de ordenar descriptivamente los resultados empíricos...".
Un análisis geográfico del comportamiento humano en el espacio tiene, frente a éste, otro punto de partida totalmente diferente: las decisiones para una localización de la vivienda, del trabajo, de la compra y del esparcimiento, implican no sólo una localización de lo que se decide sino, también, una superación de la distancia periódica o episódica de las muestras de conexión y de las muestras estructurales que resultan de ello. La geografía social debería partir, con más fuerza que hasta ahora, del espacio de interacción, e investigar por ello los aspectos espaciales de las relaciones sociales.
Con ello, resultan estrechos puntos de contacto con la teoría general de los sistemas, pues los espacios de interacción social, pueden representarse idealmente en su mayoría como sistemas espaciales parcialmente cerrados. En el micro-campo, lo fundamental de las conexiones está situado dentro del espacio de interacción; en el macro-campo, las conexiones se construyen mediante la comunidad de lengua y literatura, mediante los medios de comunicación de masas y las instituciones educativas, así como por medio de normas y estructuras similares de organización política, económica y social.
En tal investigación, no son las "funciones vitales básicas" en sí mismas las que pueden ser introducidas con propiedad, sino los lugares funcionales. Justamente, una característica esencial de nuestra sociedad industrial moderna, es el que para una persona aislada, las localizaciones de la vivienda, del sitio de trabajo, las posibilidades de compra y el esparcimiento, se alejan cada vez más unas de otras. Por ello, en lugar de un espacio de acción pre-industrial estrechamente ligado a la comunidad, aparece un espacio más amplio de actividad que no sólo está extendido más ampliamente, sino que se presenta también como menos unido a una localización fija. En el marco de una diferenciación económico y social creciente, las localizaciones funcionales cada vez más alejadas se pueden contemplar correspondientemente como elementos de un sistema espacial, pudiéndose captar también las interacciones en lo que respecta a su aspecto espacial.
Algo más arriba del microcampo --podría hablarse de un mesocampo -- la antropología alemana, con su concepto de comunidad de relaciones, y la sociología, con el concepto de la comunidad, han expuesto ya tales espacios de interacción social. De manera similar se opera ya en la geografía con campos de información y con "networks". En el macro-campo, se investigarían, por ejemplo, --espacios de interacción históricos (la Hansa, la República de Venecia, el Imperio Romano, la colonización del Este y la construcción de estados), espacios de interacción geográfico-políticos (estados como sistemas parcialmente cerrados) o, espacios culturales, así como las áreas culturales de la tierra como espacios de interacción (estados industriales del mundo occidental, oriente islámico), teniendo que preguntarnos por las consecuencias geográficas de las nuevas interacciones entre espacios grandes (trabajadores emigrantes en el extranjero, turismo). Peter SCHOLLER, ha dicho ya claramente que por encima del macro-campo, no son los grupos sociales los que deberían estar en el centro del interés, sino las regiones de similar comportamiento y de cohesión espacial.
5. Por último, aunque también importante, la geografía social, tendría que renunciar igualmente a la concepción habitual de que el grupo de interacción sociológico sería, en principio, un proceso de la sociología separable e independiente del espacio al que sólo se le interroga por sus manifestaciones espaciales en una segunda fase del conocimiento. Los sociólogos, son aquí casi más geográficos que los geógrafos. Nuevamente fue Georg SIMMEL el que reconoció la dimensión espacial como un supuesto indispensable y como un elemento constitutivo para cualquier proceso social. Los grupos de interacción social y las relaciones sociales, no pueden ser en absoluto reales y capaces de vivir sin una determinada clase de organización espacial, no pudiéndose separar lo uno de lo otro. Así, por ejemplo, la sociología ha demostrado que la estructura social actual de las familias y hogares en la República Federal de Alemania, sólo se comprenden a partir de la estructura espacial de nuestras viviendas actuales y que en el aspecto de la vecindad, el aspecto social no puede separarse en absoluto de lo espacial: "la vecindad crea espontáneamente una cantidad enorme de interacciones sociales que no serían en absoluto pensables sin la cercanía espacial". De manera análoga, esto es válido, por ejemplo, para la comunidad burguesa de nuestra ciudad medieval que se defendía autónomamente.


Bibliografía utilizada:
Eugen Wirth, LA POLÉMICA DE LA GEOGRAFÍA SOCIAL EN ALEMANIA ( II ):
LA GEOGRAFÍA SOCIAL ALEMANA EN SU CONCEPCIÓN TEÓRICA Y EN SU RELACION CON LA SOCIOLOGÍA Y LA "GEOGRAPHIE DES MENSCHEN" UNIVERSIDAD DE BARCELONA ISSN: 0210-0754 Depósito Legal: B. 9.348-1976 Año IV. Número: 22 Julio de 1979